miércoles, septiembre 27, 2006

De g*l*p*ll*s, egoismo y un chaval que no llegó a renacer pese a desearlo con todas sus fuerzas.

Dime con quién andas y te diré quién eres, que gran mentira, cada uno es como es, al fin y al cabo, lo más importante que tenemos es nuestra individualidad, eso nos hace personas y no simples turbas. Sin embargo es lógico que absorbamos algo de los que nos rodean, teniendo todo subgrupo un rasgo común, y en este caso lo que rodeaba a ese chaval era un puñado de g*l*p*ll*s. Él no era uno de ellos, detestaba todo lo que significaba su forma de ser, pero los valoraba como humanos, como personas. El tiempo pasó y ese chaval era el buenazo, a su modo de ver, pero, como decía, el tiempo pasó, y siguió pasando, y el chaval observaba el mundo a su alrededor, dándose cuenta de que todos eran g*l*p*ll*s hasta que, finalmente, se le contagió. Sí, se le contagió, y, ante su primera muestra de ser g*l*p*ll*s, hubo sorpresa seguida de una terrible ira. Ese chaval pensó que la otra persona era g*l*p*ll*s, la otra persona pensó lo mismo, pero no podía asimilarlo ya que no era lo normal, algo había cambiado en ese chaval. Nadie lo entendía, y esa persona se lo dijo a otro que fué y le dijo al chaval: "Oye, ya te vale, eres g*l*p*ll*s". Ese chaval acusó a la otra persona de ser g*l*p*ll*s mientras pensaba que más g*l*p*ll*s era el que estaba lamiendole al culo al otro en una situación que ni le iba ni le venía, y no contento con eso, lanzó serias acusaciones sobre nuestro protagonista. A nuestro protagonista, ese chaval, se le hincharon del todo las pelotas y mandó a tomar por culo a todo el mundo. Y se sintió raro. Nunca había sido así, pero todo este tiempo rodeado de g*l*p*ll*s lo habían cambiado. El chaval se puso a pensar y no encontraba respuestas, no entendía nada y cada vez se sentía peor, pero finalmente algo sucedió, se dió cuenta de la terrible verdad, no es que los otros fueran g*l*p*ll*s, el auténtico g*l*p*ll*s era él, por haber sido siempre lo que los demás necesitaban, un g*l*p*ll*s del que reirse a sus espaldas y al que utilizar en todo momento, el que se enfadó con ese chaval no es que fuera g*l*p*ll*s, es que simplemente era un egoista, como todo el mundo que rodeaba a ese chaval. Y ese chaval pensó, "Si estoy rodeado de egoistas que me hacen parecer g*l*p*ll*s, me convertiré en la persona más egoista del mundo y así podré ver la cara de g*l*p*ll*s que se le queda a los demás cuando vean el cambio. Y sonreiré cuando les machaque la cabeza con mi recién estrenado odio hacia todo". Y en ese momento ese chaval se dió cuenta de que es demasiado dificil cambiar.

No hay comentarios: