sábado, junio 17, 2006

Pablito no sabía cocinar

Historia en 3 actos con interludio entre cada acto para publicidad y un epílogo esperanzador.

Pablito no sabía cocinar, pero eso a el le daba igual, era carne de comida rápida, solia visitar con gran placer el kebab de bajo de su casa o el burger king de nuevo centro, a minutos de su casa. Pablito no salía mucho de casa, solo para asistir a estos lugares donde comprar comida rápida, no gozaba de la compañía de otras personas, para el, su pornografía (mayormente de japonesas lesbianas) y su televisión eran sus mejores amigos, sus únicos amigos. Una vez estuvo cerca de tener un amigo, un pizzero que le trajo una pizza para 2 que se comió el solo. ¿Os he dicho que Pablito es un hombre gordo?, es tan inménsamente gordo que apenas puede caminar 20 metros sin cansarse, y a veces va al burger king en metro, sustituye una subida de escaleras por 10 minutos de caminata desde su casa, pero durante la espera en el metro puede descansar. El caso es que un dia Pablito caminaba, tranquilo, hacia su querido kebab, y le dijo al turco que le atendía: "¡Osmán! Un menú, de cordero, muy picante, y con extra de sal en las patatas". Osmán atendió inmediatamente y de repente, la vió...

INTERLUDIO PRIMERO

Acabo de ver lo que es el episodio 5 de Stargate SG-1. Antes de eso me he pasado la tarde estudiando (más bien intentándolo) y he acabado desquiciado. Ha llovido, pero eso me ha dado igual, de hecho no me ha gustado que lloviera, no me apetecía que lloviera. También he estado toda la tarde esperando a que entrara un amigo al messenger para comentarle una cosilla de la que hablé el viernes con el y no ha entrado en ningún momento. Me cago en toda su familia. Ójala leas esto y sientas remordimientos, maldito bastardo, pero seguro que tu eres con mi blog como yo con el tuyo, que no tengo ni la dirección xD Ahí estoy mintiendo, mis marcadores son amplios y los flogs/blogs y webs que visito habitualmente son un gran volumen. Ahí también estoy mintiendo, el firefox hace un tiempo tuvo la hermosa idea de decidir que mis marcadores se fueran a tomar por saco y me limito a entrar a los que me se de memoria, a algunos links de estos y a lo que me va saliendo. Improviso...Me apetece ver Dogma, ahora la buscaré y si la encuentro la veré.

FIN DEL INTERLUDIO PRIMERO

Estaba allí, de pie, su escultural figura impresionó a Pablito, y entonces se vió reflejado en el espejo, solo era un gordo apestoso, es más, hacía no menos de 3 días que no se había cambiado de ropa interior y, por las manchas, llevaba un tiempo similar sin cambiarse los pantalones. Algo extraño pasó en Pablito en ese momento, tal vez fuera la impresión de ver a una dama tan bella o tal vez fuera la falta de sangre en el cerebro debido a la notable erección que estaba sufriendo, pero Pablito decidió que había llegado el momento del cambio en su vida, se ducharía, se cortaría las uñas y empezaría a comer sano, haría gimnasia todos los dias e incluso iría a una peluqueria donde recortaran sus greñas y le aconsejaran por un cambio en su imagen para ser perfecto para ella. Cogió el kebab y se fué caminando hasta su casa, subió por las escaleras, como propósito de comenzar su vida sana y nada más entrar por la puerta cogió el kebab y lo tiró a la basura.

INTERLUDIO SEGUNDO

No creo que nadie se haya dado cuenta, pero he hecho un cambio notable en este blog, he modificado el perfil del usuario. Ahora si arriba a la derecha le dais a lo de View my complete profile (intentaré editarlo para ponerlo en español algún dia. Hoy seguro que no) podreis ver unos datos de gran interes científico como son...¡MI CORREO ELECTRÓNICO!, en contacto. Podeis agregarme al messenger o enviarme hatemail si os apetece, así tal vez mi vida deje de ser tan aburrida. También he puesto algunas de mis películas favoritas, música que me gusta, algún libro y en general la basura que me preguntaba el sistema de actualización de perfiles de usuarios este apestoso. Imagino que algún dia me cabrearé yo solo y mi forma de protestar será borrar todo lo que he puesto en el perfil, y se me pasará el cabreo y nadie se enterará excepto alguno que me diga: "¡Tio! ¿Que te ha cabreado que has borrado todas tus preferencias del perfil del blog?". Y yo posiblemente para ese entonces ni me acuerde de que me he cabreado porque han pegado un balonazo en las ruidosas puertas de acero de bajo de mi casa. ¿Os he dicho que mi calle es la más ruidosa de Valencia?

FIN DEL INTERLUDIO SEGUNDO

Pablito se tumbó en el suelo e intentó hacer una flexión, no logró separar su pecho del suelo más de medio centímetro, lo que le frustró, se dió la vuelta y trató de hacer algunas abdominales, "Es más facil, y hay que ir poco a poco", pensó. A la tercera abdominal mal hecha gotas de sudor comenzaron a caer por su frente, se levantó a duras penas y se dirigió hacia el cuarto de baño, se sentía incómodo, se daba asco, se quitó toda la ropa, comenzó a llenar la bañera y se pesó, 117 kilogramos marcaba la aguja, pero el no lo lograba ver ya que su grasa corporal le tapaba toda la visión, su barriga era majestuosa, fué a buscar dos espejitos y en un acto de gran inteligencia ideó un sistema gracias al cual pudo ver su peso. 117 kilos, no es poco. Pablito se sintió peor que nunca, fué a la basura, cogió el kebab, que afortunadamente no había destapado y no se había manchado, se metió en la bañera y se quedó en remojo una hora mientras se comía el kebab, muy despacio, humedeciendolo con las lágrimas que caían de sus ojos.

Semanas despues, Pablito subió al metro para ir al burger king, solo era una parada y por tanto no se sentaba jamás en los asientos de verdad, en su lugar se sentaba en los asientos plegables, pequeños e incómodos que solo se usan cuando hay tanta gente como para que estén todos los asientos llenos y no la suficiente para estar apretados.
Una voz le dijo: "¡Hola!, ¡yo te conozco!, ¿tu siempre comes kebabs en la calle que hay al salir de esta parada, no?". Pablito se giró y vió que era la chica que vió aquel dia. ¡Le estaba sonriendo y le estaba hablando!. Pablito le dijo que si, que era el, que ella también le sonaba, comenzaron a hablar y a los 10 minutos de una conversación gracias a la que Pablito se sentía el hombre más felíz del mundo se dió cuenta de que se había pasado de parada hacía ya bastante rato. Cuando el dijo que tenía que tomar el metro en dirección contraria, que iba a la parada de Turia a comer allí ella le dijo: "Mira, yo voy a comer aquí al lado, si quieres venirte y comer conmigo. Eres super simpático, no sabes como me alegro de haberte hablado!". El aceptó, salieron del metro y ese día se inició una de las más hermosas amistades jamás vistas.

EPÍLOGO

Para los curiosos Pablito (Pablo, como comenzó a llamarle ella) y la chica atractiva nunca salieron, pero gracias a ella Pablito ganó la suficiente autoestima como para encontrar una chica no tan guapa y no tan simpática como esa chica pero igualmente muy por encima de lo que el creía que se merecía y fué felíz con su mejor amiga por una parte y con su encantadora novia por otra. Ellas entre si se odiaban.

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