miércoles, junio 14, 2006

El verbo molar solo puede ser conjugado con nuestros nombres, nena

Llueve, pero me da igual, camino en calzoncillos por una larga calle oscura. Se pone a nevar, me rio, asciendo por la larga escalera hasta el tejado. Graniza, trozos de hielo grandes como puños me golpean y me hacen sangrar. Se abre la tierra, caigo al infierno, está caliente, pero no lo suficiente. Descubro que no es el infierno, me pongo triste y empiezo a tricotar con una tricotadora que llevo en el bolsillo. Misteriosamente ahora llevo unos vaqueros. Veo una película con el supercinexin mientras hago un origami de un peluche maldito. El fresisuis me mira, también está maldito, pero aún así le pego un lametón, tiembla de placer. Improviso unos acordes con un didgeridoo que encuentro sobre un arbol y un elefante fucsia con topos verdes me acompaña al theremín, tocamos una sinfonía maravillosa pero el elefante se equivoca porque sus patas son demasiado grandes para el delicado theremín. Nos intercambiamos los puestos y la cosa suena mucho mejor. Tomamos una escalera hacia el cielo, pero el elefante a mitad camino se cae, se pone a nevar, de nuevo, empiezo a sentir fiebre. Entro dentro del pinball y la bola de acero se siente incómoda, decide perseguirme, entro dentro de ella y desde ahí la manejo, se siente mal por haber sido derrotada y me regala un polo. Le regalo el polo al señor castor y salto hasta la montaña del peregrino que se lamenta, le consuelo y se siente mucho mejor. Juego con las drogas, se quejan de que nunca les paso el balón y me marginan, me siento peor que nunca pero el hombre del saco me anima a que baile la canción que suena a todo volumen. Cojo una guitarra e interpreto parte de la melodía con tan mala fortuna que se rompe y decido ir a comerme un trozo de melón. Oliverio Jesús Álvarez González me da unos consejos para enterrar el cadaver del conejito pero no los considero adecuados, ya que mientras el autobus acelera no puedo más que llorar por el tropezón que ha sufrido el fontanero que ayudaba al butanero y ha provocado la explosión. Por otro lado la falta de butano ha hecho que dejara de funcionar la cámara de gas y 32 judios me dan las gracias y se van a hacer negocios y ganar dinero. Me prometen una parte de los beneficios antes de irse y subo a un taxi. Aterrizo en el día de la boda de mi hija y no puedo más que ser felíz en este el día de la boda de mi hija, perdono una sentencia de muerte en este el día de la boda de mi hija pero mi hija se enfada, al final no se casa. Yo mismo acciono el botón del extintor, que revienta y llena todo de un polvo blanco que hace estornudar a las cabras pero no las apaga, por tanto les tiro agua y una cabra dice: Miau. Creo que hoy ha sido un dia demasiado largo y me voy a dormir.Me acuesto y decido mirar la hora: las 10 y media. Me levanto y me visto, pero me doy cuenta de que no son las 10 y media, son las 22 y media, y esta confusión de 12 horas me hace sentirme raro, ¿he dormido 12 horas de más o 12 horas de menos?. Pero como no se me ocurren más estupideces decido irme a ver una película mientras espero a que todo mejore.

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