Tonterías.

Teníamos un plan maestro diseñado, contemplando todas las posibilidades, todas las variables estaban controladas, nada podía fallar. Estábamos totalmente seguros de nuestra victoria sobre el resto de almas, eliminaríamos la codicia y el odio, la vergüenza personal y ajena, todos seríamos diferentes pero viviríamos en comunidad. Ese plan se fué a tomar por culo. Hubo un pequeño detalle que no supimos preveer a tiempo, y es que otros habían diseñado exáctamente el mismo plan. No punto por punto, pero si muy similiar, y mientras nosotros comenzamos en un lugar para irnos extendiendo, ellos hicieron lo mismo. Además, eramos pocos, no podíamos controlarlo todo, ya se sabe, quien mucho abarca poco aprieta. Y finalmente chocamos con nuestros rivales. No éramos rivales, de hecho solíamos tomar cañas juntos, pero en el plano profesional eramos enemigos acérrimos. Un día, visto que nuestros respectivos planes estaban más que perdidos decidimos hacer una reunión, iríamos todos y elegiríamos al moderador por puro sorteo. Nosotros éramos 5, mi querido enemigo llevó a 3 amigachos con los que había elaborado su plan y había 4 o 5 reducidos grupos de gente que también habían tenido una idea similar a la nuestra, pero de los que jamás habíamos oido hablar. Por turnos cada uno de nosotros fué leyendo en voz alta los puntos básicos de su plan y los demás grupos debatían si era lo correcto o no. Coincidimos en un 99% de los puntos, así pues, ¿Porqué no trabajar juntos?. Decidimos empezar de cero, borrar la memoria de todo el mundo y hacer como si nunca hubiera pasado nada, trabajando con un único plan maestro. Todo volvió a irse a tomar por culo.