lunes, julio 24, 2006

El día del tentáculo

Dos acentos en cuatro palabras es un exceso linguístico utilizado para dar nombre a uno de los juegos más viles y despreciables jamás defecados. Esta aberración perpetrada por Dave Grossman y Tim Schafer, ese par de pintamonas asociados previamente en otra horrenda creación de dudosa calidad como es El secreto de la isla de los monos. En el juego encontramos humor de dudosa calidad, en el que tratan de hacer sentir al jugador inteligente cuando realmente están ofreciendole unos diálogos mediocres que perféctamente podrían haber sido ideados en la adolescencia de los autores, durante alguna "fiesta" en la cual hubieran ingerido grandes cantidades de drogas duras como marihuana o "LSD".

El juego nos presenta a tres personajes diréctamente manejados por el jugador, estos son Bernard, el típico usuario de un ordenador para perder el tiempo en lugar de realizar actos de provecho, mostrando una imagen muy veraz de este grupo social, no tiene atractivo físico, lleva gafas y se cree que utilizando el sarcasmo va a ser aceptado socialmente, en contraposición al asco que provoca en el resto de la población, no es gordo, al contrario que el heavy que le acompaña, otro ejemplo de imagen veraz, ya que todos los heavyes son gordos y normalmente huelen un poco mal. Este ejemplar, llamado Hoagie, es un claro ejemplo de la falta de inteligencia de su grupo social, y al igual que el grupo social del anteriormente mencionado Bernard, también considera el sarcasmo como una forma de interactuar, y provoca el mismo asco. Finalmente encontramos a Laverne, chica inteligente y falta de atractivo físico, un claro ejemplo de como este juego se nutre de los tópicos y que, si en los dos primeros personajes jugables estaba considerablemente acertado (salvo contadas excepciones), aquí se equivoca del todo. Encontramos un gran elenco de secundarios basados todos en grandes tópicos, destacando los llamados tentáculos, abominaciones de la naturaleza y excusa para el pobre guión del juego.

Una vez comenzamos el juego podemos encontrar, como primer enigma, el que marcará el errotero del juego, el absurdo y la necesidad de realizar acciones incoherentes para poder avanzar, obligándonos a pensar de una manera incorrecta y provocando que si utilizamos lo aprendido en este juego en el mundo real no recibamos más que humillación y decepción, ncaminándonos a una posible depresión y posterior suicidio, algo inmoral e intolerable. Concretamente estamos buscando un laboratorio escondido, y, si tenemos la suficiente suerte de examinar un reloj que hay en el vestíbulo, descubriremos que es una puerta que nos lleva al laboratorio. A partir de ahí el guión es un conjunto de absurdos e incoherencias, tanto físicas como históricas, que nos hará viajar al pasado, al futuro y cambiar la historia a nuestro antojo.
Hay gran cantidad de momentos a lo largo del juego que provocan desasosiego al ver la terrible alta de moral con la que pretenden hacernos reir, usando un humor cercano al de parvulario disfrazado del mencionado antes sarcasmo y una supuesta ironía. Entre otras cosas:
-Tenemos que lanzar a una mujer por unas escaleras, incitándonos a la violencia de género
-Tenemos que eer un libro para aburrir a un caballo y que se duerma, indicándonos que la lectura es aburrida
-Hay una diferenciación entre zurdos y diestros, provocando intolerancia en nuestras mentes
-De los dos tentáculos, el que tiene brazos es más poderoso, diciendonos con esto que los tullidos son inferiores-Muestran a los padres de la patria americana como un conjunto de intolerantes
-Únicamente hay una persona de color a lo largo de todo el juego, y es una esclava
-Ayudamos a un ladrón en la apertura de un coche y nos mofamos del sistema de correos
-Muestran a los militares como locos en lugar de ensalzar la defensa de la patria
Y así gran cantidad de casos, demasiado numerosos como mencionarlos todos.

Desde aquí solo nos resta decir que nadie debería jugar a este juego, ejemplo de todo lo negativo que puede realizarse y editarse, en este caso bajo el auspicio de George Lucas (autor de las abominables películas de la guerra de las galáxias y de ese engendro libertario, American Grafitti) con los mencionados autores Grossman y Schafer, autores cercanos a la delicuencia moral creando momentos vergonzosos para la gente decente.

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