Leyendas musicales

Luismi quedó alucinado cuando aquel promotor le llamó para informarle de que se había decidido que su grupo iba a telonear al grupo de moda, y le pagaban una pasta por la actuación. Media hora de concierto en una plaza de toros, hacía caja y a casita, de hecho el no tenía intención de ver a los que teloneaba, le causaban repulsión con su fálsamente rebelde pop disfrazado de punk hecho por pijos. Y también le sorprendía el hecho de que su canción, que se había puesto de moda en internet gracias a una compilación de videos chorra que había grabado a lo largo de la vida de su difunto perro intentando tirarse las piernas de las visitas a su madre. Al principio el perro no era muy grande y hacía hasta gracia, pero con el tiempo se había convertido en todo un señor perro de un tamaño muy respetable y hacía bastante más gracia ver a esas señoras intentando librarse del perrazo. Como no se le ocurría que música poner al montaje de las mejores trincadas de su perro decidió coger su guitarrilla española y cantar una sencilla canción de tres acordes de tonterías sobre la zoofilia haciendo mención a los trajes y las caras de sorprendidas de las señoras. La canción era bastante pegadiza (es lo que tiene escoger los tres acordes adecuados, a la gente le suena y directamente le gusta) y con una batería y un bajo hechos con su ordenador la canción quedó bastante resultona. Pues el caso es este, que la canción se convirtió en un superéxito y Luismi se convirtió en una leyenda. Nunca había dado ningún concierto ni nada...que buena forma de promocionarlo: "Su primer concierto". También podrían haber dicho: "Su única canción" y la gente tal vez se hubiera dado cuenta de lo que se avecinaba.

El promotor, tras decirle que querían que fuera el telonero, le preguntó si tenía más material, Luismi se aventuró a responder que si, pero ante la cuestión del promotor para escucharlo, Luismo dijo que no, que no estaba todavía grabado, que no tardarían en meterse a grabar el primer disco. Luismi pensó que tendría que encontrar a alguien que quisiera formar parte de su banda, hizo unas llamadas y mientras las hacía tuvo una brillante idea y no tardó en encontrar músicos para su proyecto. Componer media hora de canciones les llevó una tarde y no cesaban de sonreir mientras lo hacían. Faltaban 3 dias para el concierto y un buscador de talentos de una gran discográfica le ofreció un contrato que Luismi firmó encantado, gracias a ese contrato se le pagaba la grabación del disco con el productor de su elección dentro de un rango monetario (presupuesto que sobrepasaba el de la grabación de los 3 discos del grupo del guitarra al que había fichado) y en ningún momento dejó de sonreir. El buscador de talentos sonreía. La inversión que realizaba era grande, había mucha publicidad que se había comprometido a hacer, pero el chico tenía pinta de talentoso y su canción era buena y pegadiza.

Llegó el dia del concierto, un presentador salió a anunciar a Luismi y entonces comenzó el shock...los gritos de las muchachas adolescentes que lo iban a ver más como accidente que otra cosa, pero que no cesaban de cantar su canción las noches en las que deambulaban borrachas demostrandose a si mismas lo bajo que podían caer quedaron traumatizadas de ver salir a dos guitarristas con esas pintas (realmente uno era un bajista, pero no sabían distinguir los instrumentos) y que de repente un ruido infernal, heredero de Regurcitate y Anal Cunt destrozara sus puros oidos, mientras un Luismi exaltado no cesaba de gritar palabras inentendibles. Su primer tema, sin título, finalizó a los 17 segundos y Luismi gritó un "¡¡¡SOMOS LUISMI Y LOS G*L*P*LL*S!!!". Segundo tema, 12 segundos de puro grind core, tercer tema, versión de Napalm Death y su clásico The Kill, y así durante algo menos de 5 minutos. Las adolescentes al principio estaban como descolocadas, pero poco a poco se habían ido animando, ver a un tipo como ese gritando y saltando sobre el escenario y demostrando al mundo que el tenía más ganas que nadie de animar a la gente les había contagiado su energía, y ya se veía a las chavalas (y a los tios que las habían acompañado con la intención de intentar tirarselas) saltando y gritando sin parar, toda una fiesta, de repente, a mitad de la inteligente letra del tema "Caminando yo te vi, se te subió la falda por el aire y tu conejo percibí, mas no distrute del acto, nena, pues lo que ahí tu tienes no es pelo, eso en mi pueblo es melena" el sonido cesó...Luismi miró su reloj y vió que marcaba 4 minutos y 42 segundos. Fué corriendo a backstage, cabreado, por la parada de sonido, y el promotor del concierto se encaró contra el, cabreado, maldiciendolo. Discutieron sobre el acto terrorista musical que estaba realizandose y sobre las condiciones del contrato y dijo que no iba a continuar el concierto. Luismi salió al escenario, en el cual sus músicos no paraban de llorar de la risa de la que habían armado, y, dirigiendose a las primeras filas (hablar a toda una sala sin micro ya que te lo han cortado es dificil) les dijo que les habían parado el concierto injustamente, y que los dueños de la sala eran unos hijos de p*t*, que lo gritaran. Inmediatamente 5000 almas gritando: "LOS DUEÑOS DE LA SALA, QUE HIJOS DE P*T*" y acto seguido: "LUIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIISSSSSSSSSSSSSSSMIIIIIIIIIIIIIIIIIII". Luismi volvió a entrar a backstage y el promotor finalmente cedió. Mientras tanto, el cazatalentos con el que habían firmado ese contrato estaba retirado en un rincón, dolido del mal negocio que había hecho, imaginando su despido de la compañía, su divorcio y su final dando tumbos con el mono (a estas alturas de la vida y a base de negociar contratos ya tenía una seria adicción al polvo blanco) por las calles de Madrid.

El concierto continuó, más temazos entre 15 y 2 minutos, brutalidad y gritos, patadas al equipo de amplificación y saltos al público, que ya le adoraba como humano y como leyenda. Miró su reloj y calculó 29 minútos y medio de concierto, era el momento del golpe de efecto final, alargar el concierto levemente para hacer cabrear más y más al promotor. En principio era su única intención, no esperaba que le parasen el concierto, pero eso ahora mismo le parecia que había sido brillante. Y, mirando al promotor, que también miraba el reloj con la intención de parar el concierto a la media hora exacta de actuación...Luismi dió la orden y su gran éxito sobre la zoofilia comenzó a sonar. Ovación del enloquecido público, Luismi mirando a las adolescentes mientras imaginaba como se las tiraba, a todas, de una en una, y a algunas de ellas a la vez, y mientras acababa la guitarrilla del principio se subió a uno de los altavoces, de dos metros y medio de altura, y allí comenzó a cantar su abrasiva letra. El promotor no tuvo valor de anunciar la finalización del concierto mientras tocaban ese gran éxito, sería ganarse más enemigos, y Luismi seguía interpretando la canción emocionado. Finalmente, tal y como tenían ensayado, sustituyeron la última repetición del estribillo por este mismo estribillo tocado tal y cual había sido todo el concierto, a lo bruto, y, en una muestra de la emoción que sentía por ser el centro del mundo, saltó del altavoz.

La ambulancia se fué con un cuerpo tapado bajo una sábana blanca. Más de 5000 personas presenciaron la muerte de Luismi al caer con el cuello y esta muerte había sido grabada por las camaras de televisión de una emisora nacional y 2 locales. Todas las adolescentes quedaron traumatizadas, algunas de ellas incluso se convirtieron a la música más extrema y encontraron un nuevo sentido a su vida, el grupo teloneado no llegó a actuar, pero cobró por el concierto completo, dinero que gastaron en montañas de farlopa gracias a las cuales su cantante sufrió un paro cardiaco y quedó bastante tocado, la banda de acompañamiento fichó a un cantante nuevo pero nunca llegaron a vender más de 12 maquetas a los amigos, el promotor perdió todo el dinero ya que en la entrada especificaba que devolverían el dinero si el grupo principal no tocaba, y así fué. Te preguntarás, ¿alguien salió ganando de todo esto?. Si, hay un personaje que gracias a la desgracia de todos los demás salvó su vida.