miércoles, abril 12, 2006

Una imagen nunca valdrá más que mil palabras

Se podría realizar un estudio sobre a cuantas palabras equivale una imagen.

La idea es esta: Se toman varios sujetos de estudios, pertenecientes a diferentes estratos culturales y sociales, se les muestran X imágenes, de diferentes complejidades, tamaños y características. Cada sujeto describe la imagen, y se hace la media para cada imagen del número de palabras utilizados en cada descripción, y una vez realizado esto y suprimidos los datos anormales, se repite el proceso con los valores que ha dado para cada imagen. Apostaría a que no salen más de 100 palabras por imagen.

Se podría realizar un estudio sobre a cuantas palabras equivale el fotograma de una película.

La idea es esta: Se toman varias películas representativas de la historia del cine, siempre que sean adaptaciones de libros, se cuenta el número de palabras del libro en su primera edición y en su versión original. Se mide la duración de la película en segundos, omitiendo los títulos de crédito finales (o iniciales si la película es antigua), se calcula el número de fotogramas multiplicando los segundos por 24 y se calcula el número de palabras que equivalen a un fotograma con una sencilla división (palabras/fotogramas). Nuevamente se calcula la media de palabras por fotograma entre todas las películas seleccionadas, omitiendo los casos anormalmente grandes o pequeños.
Habría que estudiar si al contar el número de palabras del libro habría que suprimir las partes que no aparecieran en la película.
Tal vez un caso perfecto para realizar este estudio sean las adaptaciones literarias de películas, desgraciadamente no encontraremos en este formato adaptaciones literarias de obras más o menos underground, por lo que nuestro estudio queda reducido al campo del cine más comercial (Hollywood) o intimista para masas. En estos casos no me arriesgo a apostar por un nùmero de palabras, pero si que me atrevería a decir que van a salir más palabras que en el caso de evaluar una única imagen, si, posíblemente bastante más de mil.

Como conclusión podré decir que la diferencia apreciada entre ambos estudios se debe a dos propiedades del cine, fundamentalmente.
A) El sonido. Es una fuente de información adicional que si bien debería reducir el número de fotogramas en el cine, históricamente nos ha demostrado que no es así, ya que gran cantidad de películas de la época muda eran más cortas que las actuales, sin embargo también encontramos casos de películas mudas de duración exagerada.
B) La conexión entre imágenes. Varias imágenes prácticamente iguales pero con una leve diferencia en ellas reproducidas de forma secuencial transmiten mucha más información que una imagen estática, sin embargo cineastas actuales (Aronofky: "Requiem por un sueño") nos han demostrado que la sucesión de imágenes estáticas no interconectadas transmite gran cantidad de información.

¿Para que me ha servido todo este texto? Para nada. No me creo de lo que hablo, el caso es que solo es una forma de justificar que prefiera ver una película que visitar un museo. Pero la auténtica justificación de esto es el hecho de que me gustan las historias, sin importarme como estén narradas, en forma de película, de texto, de comic...un buen guión siempre es un buen guión independientemente de su medio, y una imagen suelta puede guardar muchos recuerdos, pero suele necesitar de palabras (de forma escríta u oral) para ser interpretada adecuadamente. Me estoy haciendo la picha un lio. Irónicamente a pesar de que me gusten las historias, me gustan los descubrimientos científicos y la tecnología, que no suelen encerrar ninguna historia en el hecho de exisitir, pero tal vez durante su creación sucedieran hechos interesantísimos y fascinantes.

Y una pregunta que me ha surgido al contar todo esto: ¿En que momento de la historia del cine se decidió que tras el The End deberían aparecer los títulos de crédito, y no al principio, que era la costumbre desde el inicio del cine?
¡Que magnífico homenaje a este hecho podemos apreciar en Los caballeros de la mesa cuadrada!
¡Y que magnífica idea la de cierto actor que interpreta al personaje buscado en la película Seven la de no ser añadido en los nombres que salen al inicio de la película para que cuando saliera el nadie supiera que era un personaje importante, y pensaran que solo era un cameo de un actor ya conocido por ese entonces!. Magnífica obra de David Fincher. ¿quien habría imaginado que el autor de esa destrucción des cine de terror/acción de calidad que había sido Alien/Aliens: El regrueso podría ofrecernos títulos como Seven o El club de la lucha, y destacables títulos como La habitación del pánico o The game? Solo queda esperar para ver que le sale con Zodiac. A priori promete ser interesante. Y mi estudio, si se realizara, no sería mucho más estúpido que muchos estudios realizados y por los que sus autores han estado cobrando dinero.

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