lunes, abril 24, 2006

Extracto del diario de un perdedor o 4 dias decisivos en la vida de un buen hombre

Acabo de descubrir que las reservas alimenticias con las que he estado subsistiendo caducaron hace meses. ¿Justifica eso los sarpullidos de hace unas semanas? ¿Y las profundas llagas que me impiden dormir cada noche a causa del dolor? Dolor que, por otra parte, me mantiene vivo. Ya hace mucho que dejaron de oirse los gritos de dolor ahí fuera, tan lejos de mi mundo y tan cerca de mi hogar. O lo que queda de el. Las cucarachas han decidido conquistarlo y mi lucha con ellas es constante y dolorosa. Vosotras, cucarachas, evolutivamente perfectas, si algún dia lograis entender estas palabras recordad que no es que los humanos os odiaramos, simplemente era...intolerancia. La misma intolerancia que me ha llevado a esta situación. ¿Soy el último humano vivo? Desearía conocer la respuesta, pero me siento incapaz de abrir la puerta y salir de mi amado hogar. Y no deseo que entreis para preservar la intimidad que mi inteligencia me hace necesitar. Todos los dias entrais, todos los dias lucho contra vosotras y todos los dias acaba la batalla con vuestra huida, pero no sois vosotras el enemigo. ¿Y quien es el enemigo?. El enemigo soy yo, encerrado en mi casa, sabiendo mi culpabilidad del desastre que ha provocado la muerte de toda mi especie. ¿Acaso alguien habría sospechado que al pulsar ese botón rojo tan atrayente los enemigos de mi patria supondrían que habíamos dado el primer empujoncito y nos lo iban a devolver?. Los casi extintos humanos no merecían vivir siendo tan vengativos y despreciables. Solo confío en que mis suposiciones sean correctas y efectivamente, sea el último humano. Oigo ruidos. Sois vosotras, como todos los dias estais abriendo la puerta. ¿Que es lo que deseais?, ¿algún dia me lo explicareis?.

Despierto. Mis llagas son más dolorosas que ayer, no estais en mi hogar, sin embargo se que perdí la batalla. Pero, ¿que pasó?, no logro recordarlo. Solo os recuerdo a vosotras, poseedoras de la tierra, entrar con vuestras blancas batas, vuestras jeringuillas y vuestra violencia heredada de nosotros, y al tenerme sujeto...nada más. Mi primera sensación al despertarme ha sido grata, por fin, tras varios meses he logrado dormir, pero ¿os lo debo agradecer o reprochar?, al fin y al cabo, estas horas de ¿placentero? sueño solo han servido para que dejara de ser humano, o tal vez para que lo volviera a ser. Me estoy planteando experimentar y salir fuera, tal vez pueda aprovisionarme de alimentos en condiciones y recibir luz solar por primera vez en mucho tiempo.

Ayer intenté salir de mi casa, pero no pude, la puerta estaba cerrada. Prisionero en mi propio hogar. Tal vez estuve equivocado desde un principio. Volví a dormir y soñe. Ya no recordaba esa sensación maravillosa. ¿No estaré volviendome loco al redescubrir la felicidad gracias a alejarme de la realidad?. Soñé con viejos amigos, que posiblemente ya estén muertos, y con esa jovencita que aquella noche en aquella discoteca me hizo sentirme vivo por primera vez, y con esas eternas conversaciones por teléfono, y con su rubia melena moviendose al ritmo de esas rítmicas melodias. Y su sonrisa. Está muerta, lo se. Pero nada de lo que he soñado es realidad, mi deteriorada mente apenas recuerda, y sabe que parte del sueño sucedió, años atrás, pero solo es pasado y no estoy en condiciones de vivir del pasado. Al escribir estas palabras me ha asaltado una terrible sensación. No logro identificarla, no es ni dolor, no es miedo, simplemente no la recuerdo.

Ayer volvieron a atacarme las cucarachas, esta vez no me resistí, y nuevamente he despertado sin recordar nada. No he soñado pero mi mente comienza a aclararse. No hay restos de las cucarachas y la comida me sienta mejor. Tal vez me equivocara al proteger mi morada. No se que dia es, no se que mes es, no se que año es, pero me he dado cuenta de que nunca volveré a salir de aquí. Solo soy un humano rodeado de cucarachas y lo único que quiero es que el demonio venga a por mi alma pronto, sonriente, y me diga: "Amigo, lo pasé muy mal esos primeros dias de tanto trabajo, deseé venir a por ti el primero, pero has sido el último, mis deseos de venganza acabaron, y por fin puedo jubilarme y olvidarme de mi estúpido objetivo personal". No, la muerte no vendrá a por mi, las cucarachas me quieren vivo. No quería aceptar la idea, pero algo sucede, de forma que me necesitan. Necesito salir y esa puerta, la que deseaba mantener cerrada, está bloqueada impidiendome el paso. Siempre estaré entre estas cuatro paredes, esclavo de mis propios errores.

Vaya, se me está acabando el boli, pues ya no escribo más. (Si, pensaba acabar así la historia, pero no he tenido valor, simplemente...tal vez la continue algún dia, suponiendo que recuerde toda la mitología que he desarrollado en torno a este breve relato). Y blogger me está vacilando.

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