[La escena comienza con un chico hablando por teléfono, a ella no se le ve en ningún momento, solo se le oye, la primera voz que se oye es la de ella]
-Quizá el destino, quizá la casualidad.
-No creo en el destino. Ni en la casualidad.
-A veces eres tan complicado.
-No soy yo el complicado, tu eres la complicada. Podriamos quedar para tomar un café.
-No me gusta el café. No soy complicada.
-Pues un helado. Eres complicada.
-El helado me pone el culo gordo. Pero es helado y esta bueno. Venga, vale.
-Bien, ¿como quedamos?
-Decídelo tu.
-No tengo capacidad de decisión, tu dime como quedamos y yo voy.
-En serio, tio, eres muy complicado, y despues me llamas complicada a mi.
-A ver, aquí tu te encargas de decidir y yo de obedecer. Se de muchas que darían lo que fuera por un chico así.
-¿Y por que no te vas a tomar un helado con una de esas que darían lo que fuera por un chico así?
-Porque te quiero.
-¿Me quieres?
-Si.
-¿Pero me quieres por lo que soy o porque te parezco facilona?.
-Te quiero por como me siento cuando estoy contigo.
-Desde luego, que hortera que eres a veces, pero tan encantador que te comería a besos.
-Me gusta ser un hortera porque puedo actuar según mis sentimientos sin miedo.
-Eso no es ser hortera, es ser racional.
-No estoy de acuerdo, la gente no actua según sus sentimientos, la gente tiene moral.
-La gente es imbecil.
-Tienes toda la razón, va, decide como quedamos.
-No, decídelo tu. ¿Yo soy gente para ti?
-No, la gente no puede compararse a tí. Eres mejor que cualquier persona.
-Desde luego, que pelota que eres. Tu no me quieres, tu quieres meterte entre mis bragas.
-¿A que sería divertido hacerme fotos con tu ropa interior puesta?.
-Que chaval. Hortera, pelota y pervertido. Lo tienes todo, majo.
-Ya. ¡Rápido!¡Pon La Dos!.
-No tengo tele en esta habitación.
-Jo, están poniendo un reportaje super chulo sobre avestruces colombianas en ambientes hostiles.
-Hortera, pelota, pervertido y raro.
-Y más que eso, pequeña, tengo muchas cualidades que aún desconoces.
-Ahora me dirás que te sabes los dialogos de El padrino de memoria.
-Mantén cerca a tus amigos, pero más a tus enemigos.
-Eres tonto, eso es de la 2.
-¿Realmente crees que soy tonto?, Es mejor que la primera.
-No, no es mejor de la primera, ambas son demasiado buenas, por lo menos no has dicho ninguna frase de la tercera. Y te lo tomas todo demasiado en serio.
-Si algo nos ha enseñado la historia, es que hay personas a las que no se puede matar.
-Eres imbécil.
-Pero entrañable. Lo siento si te parece que me lo tomo todo demasiado en serio, no puedo evitarlo.
-Eres tan gracioso. Lástima que no te pueda amar, eres mi amigo.
-No seas tópica.
-¡Me encanta esta canción!
-¿Cual?, acerca el micrófonillo a donde suene, que la oiga.
-Creo que se llama Life is life, no se de quien es.
-¡Ah! Ya se cual es, está muy bien.
-Pensaba que tu no salias de canciones ruidosas y machaconas.
-No creas, a mi me gustan muchos tipos de música.
-Venga, dime cual es el último disco que has oido.
-¿Conoces a Laibach?
-No, pero seguro que son una m**rd*
-Nononononono, están muy bien, aunque no creo que te gusten.
-Pues eso, una m**rd*.
-Desde luego, que mal gusto tienes.
-Bueno, tengo que colgar, que tengo que irme dentro de nada.
-Venga, guapísima, nos vemos.
-¡Un beso! Adios.
[CLICK]
[Nótese que no han llegado a quedar. El chico al que hemos visto durante toda la conversación se acerca a la ventana y salta, cayendo desde un quinto piso sobre un coche en marcha.]