miércoles, febrero 08, 2006

David Hume (Edimburgo, 7 de mayo de 1711 - id., 1776) Filósofo escocés.

A pesar de no ir a hablar de Hume aqui, para no provocar la huida de las dieciochoañeras que hayan entrado por curiosidad en aqui mi lugar, lo he escogido como título de mi artículo de hoy por razones que jamás confesaré. Y vayamos al tema:

Anoche tuve un sueño perturbador, procedo a relatarlo con mi refinado estilo literario consistente en poner lo primero que me pase por la cabeza. Pero primero, y tal como aprendí gracias a Dilbert...hay que ponerle un nombre. Y aquí comienza...

LA BUTIFARRA DE MELANINA

Un dia cualquiera, Víctor estaba tranquilamente paseando por su querido edificio universitario, las paredes, altas y blancas, sin adornos y las columnas tremendamente barrocas, provocaban un contraste que no podia llevar sino a la duda, la desconfianza, el temor. Sin embargo Víctor no conocía ninguno de estos sentimientos negativos, su conocimiento del edificio era inmenso, o eso creía el, ya que aún no era consciente de que el edificio no generaba desconfianza, realmente había que desconfiar de el, al igual que la anciana desconfía del leproso o la musaraña del insecticida.

Nuestro heroe caminaba sin miedo, cuando Abelardo, maestro empleado en el lugar, le sugirió que diera una clase no estipulada en los horarios, y Víctor, que estaba cansado de perder el tiempo en el aula de informática, decidió entrar al lugar. Lo que encontró era aberrante, infernal. Decenas de alumnos escuchaban los cánticos siniestros de Abelardo, y Víctor sintió temor, no, realmente sintió un miedo visceral como nadie habia sentido jamás, si ya la desconfianza hacia Abelardo era inmensa cuando dependía de hacerle la pelota para aprobar, ahora, viendole vestido con esa estrafalaria túnica (que sospechosamente instantes antes no llevaba) y entonando esos crípticos cánticos de destrucción la desconfianza y temor creció hasta rozar la locura.

De repente, Víctor cayó sangrante, los oidos se desprendian del rojizo líquido vital con la misma alegría que la nariz brotaba de una variante ennegrecída de este mismo líquido. Victor se puso a correr y acabó tropezando y cayendo inconsciente al golpearse la cabeza contra el suelo.

Despertó, confuso, temoroso. Ni rastro de sangre, pleno de vida, cambiado, maldito. Fué a salir del lugar donde se hallaba, que ni el mismo conocía y de repente tuvo la sensación de ir a entrar en el hall de su facultad. Entró en el hall de su facultad. Instantes despues sintió como le hablaban, y alguien le habló. Nunca más pudo ser el mismo al ser conocedor de su futuro inmediato y sentirse incapaz de alterarlo en los momentos de infortunio.

Algunos dicen que murió entre las acolchadas paredes del manicomio de Sefton, otros dicen que permaneció el resto de su vida encerrado en su habitacion deseando disfrutar de la visión de su propia muerte, con los años únicamente fué una leyenda urbana. Solo algunos sabemos que sucedió en realidad, y ese secreto no puedo difundirlo. Tal vez cuando mi muerte se aproxime mi implícita curiosidad como ser humano me haga difundir la historia completa y observar que sucede, pero hasta entonces prefiero no arriesgarme.

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Se acabó. Si quitas el último párrafo, que he tenido q improvisar con desafortunadas consecuencias narrativas (como noto ser hombre de ciencias...) podrás leer mis recuerdos del sueño/pesadilla que tuve anoche. Este cuento se lo dedico a Arianne y tal. Y que mis escasos lectores no le intenten buscar un doble significado o cosas de esas, no lo hay. A no ser que seais capaces de interpretar los sueños y veais alguna pauta que yo sea incapaz de ver. En ese caso me conocereis mejor que a mi mismo. Felicidades.

En otro orden de cosas, hoy me he pasado el dia del tentaculo por 325315153415 vez y me he comido un kebab en el sitio q han abierto bajo mi casa. Y he oido (por fin) la maqueta de los extintos Kudú. Y he mandado dos emails a dos chicas (tres emails, uno de ellos por mi poca habilidad mental y mi capacidad de recordar cosas de repente cuando no estoy pensando en nada concreto). Y estoy oyendo a un grupo q se llama Envy. Su música me parece muy buena en algunos momentos y algo taladrante en otros. El cantante me parece taladrante en todo momento. Y el cuento tb se lo dedico a la chica de Hume y a Silvy. Ale.

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