martes, febrero 13, 2007

Implicación emocional, costes de ejecución y otros factores de no poca importancia.

Al fin y al cabo, siempre es lo mismo, nada va a avanzar ni retroceder, ni para bien ni para mal. No, es una auténtica mentira, solo son pruebas, siempre las mismas pruebas, y un dia los resultados serán sustancialmente diferentes, no variaciones de lo mismo. Es todo una auténtica patraña, piensalo bien, las ondas no existen como tal, solo existen interpretaciones en tres planos de realidad de esos algorítmos con coste exponencial. O logarítmico. Ya da igual, ahora todo da igual, quizá no sea el camino adecuado, pero probando se creó todo, probando evolucionamos hasta ser poco menos que basura, probando todo sucederá. Pero a veces probar no es el camino, mantener una estabilidad, no cruzar esas dos lineas. A veces sientes que la otra linea lo desea y te alejas de ella, pero de repente se cruza, o peor, estás tranquilamente y la linea se ensancha hasta devorar lo que creias que era tu alma, pero no es más que la simple consciencia. Y esa consciencia desaparece, se enturbia, todo se enrarece y piensas: Yo paso. Cierras todas las vias de comunicación con el mundo exterior y te dedicas a pensar hasta que te das cuenta, no conoces los colores, el verde no es verde, el azul no es azul, el rojo no es rojo, y envidias a ese daltónico al que hace tanto tiempo que no ves porque es capaz de ser feliz. El autoengaño es algo maravilloso. Y la mariposa aletea una vez más, provocando un pequeño cambio en el experimento que se multiplicará (no exáctamente) hasta límites insospechados. Y en el fondo de tu corazón solo deseas dos cosas, una no la identificas, la otra no eres capaz de admitirla. Comienzas a caminar y toda la gente va en dirección contraria hacia ti, chocándose e insultándote, pero sigues caminando, y desaparecen. De repente descubres que esa gente no existe, que es solo una película que soñabas que estabas protagonizando y no eres capaz de identificar si sigues soñando. Por supuesto que estás soñando, pero despierto, el zumbido comienza a aumentar su frecuencia y dejas de oirlo hasta maravillarte al comenzar a verlo y entonces piensas: Las ondas realmente existen, debería haber prestado más atención en clase. No, definitivamente la culpa es de los demás, que no tienen ni idea de nada. Efectivamente, todo cambia aunque se disfraza de lo mismo de siempre, nadie sabe si por miedo o por costumbre.

Oyendo: Gazpacho - Orion I

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