Nunca supimos si Arthuro se llamaba Arturo, cuando le preguntábamos no decía ni que sí ni que no, se salía por peteneras.
Yo lo odiaba, casi tanto como él se odiaba a si mismo, pues era difícil no odiarse teniendo como nick una m**rd* como la que él tenía. Encima iba de gracioso y se reía así: "¡JO! ¡JO! ¡JO!"...es difícil de explicar, pero era odioso. P*t* Arthuro...¡Qué asco!.
Cuando Arthuro falleció le hicimos un entierro por todo lo alto. Bien hondo lo enterramos, no sea que saliera, y con una losa bien pesada, que si resucitaba se abriera la cabeza, j*d*d* c*br*n, *st** cómo me alegro.
La movida es que Arthuro era un ser ficticio, pues yo era consciente de que ese hijo de p*t* solo estaba en mi mente. Creo que soy idiota.
viernes, febrero 25, 2011
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1 comentario:
te estás tomando cosas muy raras...
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