Montón de m**rd*

Se llamaba Arthuro, con th, y era un auténtico c*p*ll*.
En serio, lo era, lo puto peor, hasta su madre lo pensaba. Es más, especialmente su madre lo pensaba. Por desgracia no le dió dos *st**s bien dadas cuando se lo mereció.
Por desgracia el desconocido ese no se puso un condón cuando se la f*ll* en los baños de aquella mugrienta discoteca...Si por lo menos hubiera hecho caso a todo el mundo que le dijo que no fumara durante el embarazo...
Socialmente el ente del que hablamos no era más que una oruga insignificante, pero él se pensaba que era lo más de lo más e iba comiendo la cabeza a los jóvenes del lugar con sus ideas, que él consideraba las ideas correctas, incluso había alguno que le hacía caso y todo. Evidentemente los que le hacían caso eran tan o inclusive más g*l*p*ll*s que nuestro flamante protagonista.
Pero ya está bien de hablar de él, no se merece tanta palabrería, creo que ya ha quedado claro que Arthuro, además de un c*p*ll*, un g*l*p*ll*s y un p*t* montón de estiercol, era un pánfilo pedante y vomitable a más no poder.
Pues su historia es esta, un día estaba tocándole los c*j*n*s a la gente por internet y lo banearon por imbécil.
Fin.