historia de música y amor

cogí mi vieja guitarra y procedí a afinarla, me puse el teléfono al oido y afiné la quinta cuerda en el tono exácto del zumbido telefónico, un la exácto. Curiósamente, la cuerda estaba más aguda que la última vez que usé la guitarra, y eso sucedía con todas las cuerdas, tal vez algún fantasma por gusto por las afinaciones más agudas había procedido a usarla en mi ausencia, pero yo no. Dejé la sexta cuerda en un re de los que suenan a gloria, y me lamenté de la desgracia de la cuerda aguda, inafinable, pensé que debería arreglarla algún dia pero no, no consideré que fuera el momento. Comencé tocando una redención acústica al Call of ktulu de Metallica para animarme a cantar y enlazarla con I died for you de Iced Earth, Hurt de Johhny Cash, Billie Jean, de Michael Jackson y Kashmir de Led Zeppelin, todas pasadas por el tamiz de mi poca técnica y mi horrible voz. Cansado de cantar decidí tocar solo, para recuperar la fuerza en los dedos, pues las llemas de estos estaban más blandas que nunca y había decidido que debían recuperar su antigua dureza, y comencé a tocar la banda sonora de El bueno, el feo y el malo. Me entristecí al ver que no era capaz de tocar la parte rápida del final, mezcla de falta de memoria y pérdida de técnica y empecé a tocar acordes al azar.

Eran cuatro acordes, en sucesión, únicamente uno de ellos, un mi mayor (tocado en una posición inusual al no estar afinado en estandar) era un acorde de los habituales, el resto eran tensiones extrañas y formaban una hermosa progresión que me hizo acordarme de esa preciosa chica a la que le compuse ese tema para decirle lo que sentía por ella, ya que en su presencia me faltaban las palabras. Ahora ella no está, bueno, si, sigue ahí, pero en otro mundo, mis sentimientos por ella murieron con el otoño, al igual que morirán los sentimientos que me hicieron sacar mi vieja guitarra de su vieja funda y dedicarle esa canción a esa preciosa chica que apareció, estuvo y desapareció enterrando a su paso de pensamientos que germinan en forma de dolor y tristeza.

Oyendo: Smashing Pumpkins - Tarantula