sábado, marzo 03, 2007

Austero

Aquí estoy, con una tónica marca la cabra, frustrado tras haber pretendido comerme una mandarina y no haberlo logrado. Odio las mandarinas que no se pelan facilmente, con la piel pegada a la mandarina en si. Afortunadamente la psicósis me ha abandonado temporalmente, mi segundo gran temor no ha sido cumplido, a pesar de que anoche estuve convencido de que así iba a suceder. ¿Y cual es mi segundo gran temor?, todos sabreis que el primero es ahogarme, pero el segundo...que un desconocido entre en mi casa y me intente matar. Y anoche estaba en mi casa, solo, para variar, y realmente estoy seguro de que había alguien más allí, dispuesto a matarme, cerré todas las puertas y al rato encontré una abierta, fué algo terrible, había más pistas, una luz encendida que estaba seguro de haber apagado y más cosas...mi respuesta a eso fué meterme en la cama, ponerme a un volumen considerable el Grin de los suizos Coroner y esperar a mi muerte a manos de un desconocido. A las 10 de la mañana ha sonado el teléfono y no se si estoy vivo o lo que estoy viviendo ahora es fruto de mi mente apagándose.

Odio ese zumbido. Es hora de reactivar el cerebro y comenzar proyectos que están en el limbo desde hace eones, ¿no crees?. Y los colores se mezclan para perder su identidad y desaparecer...

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