martes, enero 04, 2011

Roberto y Estela.

Roberto permanecía oculto dentro del armario.

Tras 3 horas sin moverse la presión comenzaba a afectarle, sentía un hormigueo en los pies, el sudor recorría su calva, pues Roberto, si algo era, era calvo, y si algo hacía, era sudar por su calva. Ya desde pequeño, cuando vieron que poseía una alopecia de un nivel considerable, su madre le decía que si no tenía pelo era porque era más inteligente que los demás chicos de su clase, lo que le proporcionaba grandes palizas, además de que el chaval listo listo no era, más bien tirando a medio bobo.

El caso es que Roberto permanecía oculto en el armario.

Por fin la puerta de la habitación se abrió y él vió por la rendija del armario como su amada Estela entraba, sudada, tras dos horas de intenso deporte en el gimnasio, Roberto pensó que ya podría haberse duchado allí, a pesar de que verla así lo excitaba, de repente, algo que no se esperaba sucedió, Estela no entró sola, con ella venía una preciosa rubia, igual de sudada que Estela, y ambas comenzaron a besarse, entre risas y caricias. La rubia tiró con violencia a Estela sobre la cama y le arrancó la camiseta, y hundió su cabeza entre los grandes melones de Estela, para acto seguido comenzar a lamerle los pezones, primero el izquierdo, suavemente, y después, con gran ansia, el otro, mientras comenzaba a quitarse los pantalones de deporte y girarse para poner su rajita en la cara de Estela, que comenzó a lamerla con ganas, mientras la rubia le bajaba los pantalones para comerse ambas a la vez, dos mujeres, un único cuerpo. Estela comenzó a lamerle el ano a la rubia, que se puso en una posición más cómoda para disfrutarlo, y pidió que jugara con sus manos, Estela le metió primero un dedo en su coñito, después dos, después tres, para sacarlos, metérselos en la boca, y realizar el mismo procedimiento con su culito, cuando los sacó, la rubia se dió la vuelta y comenzó a chupar los dedos de Estela para bajar besándole la tripa hasta hundir su cabeza entre las piernas de Estela para comerle primero el culo, introduciendo su lengua todo lo que podía en él, y centrarse posteriormente en su húmedo coño, trabajandole el culo con la mayor parte de su puño derecho.

Roberto la tenía durísima, él solo esperaba ver a su amada Estela y dormir cerca de ella, aunque fuera dentro de un armario, hasta que ella lo descubriera y llamara a la policía, por lo de la orden de alejamiento y todo eso, y sin embargo estaba mareado, ya que toda su sangre se acumulaba en un único punto de su cuerpo y su calva no paraba de sudar. Tan dura estaba su polla que sus pantalones cedieron y su miembro golpeó la ligeramente abierta puerta del armario, abriéndola del todo y coincidiendo con un explosivo orgasmo de su amada Estela, que, aún excitada, le intentó gritar que se acercara, aunque solo saliera un gemido muy erótico, y acto seguido se metió su miembro en la boca y, muy excitada, lo arrancó de un mordisco. No sabía como acabar la historia, ¿pasa algo?

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