domingo, abril 15, 2007

Blackwater Park

El tiempo pasa y nos hacemos viejos, la edad se nota en las arrugas, las canas, las entradas y la falta de potencia viril. Si, señores, si. Antes bastaba tomar una copita de ginebra para desatarse y quitarse la ropa y un chupito de absenta para ponerse considerablemente caliente, esa época en la que si nos tomábamos un preparado de ginebra con absenta nos llamaban la taladradora, agujereando paredes para colgar cuadros, agujereando el campo para que la tierra respirara, agujereandolo todo, con fuerza, bombeando, siendo dioses. Y ahora solo queda esperar una muerte digna sin haber salido en youtube siendo la humillada víctima. Trágica vida esta.

En la tele está sonando claro de luna y tengo a mitad ver espia secreto, de don Alfred Hitchcock. He ido a ver Barry Lyndon pero el audio estaba desincronizado. Mal. Menudas idioteces escribo.

Quiero el saxofon de 30 euros que vi en una tienda un dia que no tenía dinero para comprarlo.

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