jueves, febrero 28, 2013

Para variar: Desmotivación.


No tengo problemas de dinero, pero voy mal de dinero, es decir, tengo muchos gastos que me impiden tener caprichos, por lo que tengo obligación de trabajar en un trabajo que antes me gustaba, dejó de motivarme pero hacía por costumbre, empezó a desmotivarme y hacía porque se me da bien, dejó de interesarme y lo seguí haciendo por la pereza de buscar otro y, finalmente, ha empezado a darme bastante asco, por lo que sigo por obligación en algo que cada día odio más.

Y lo malo de un trabajo no es solo que no te guste (a nadie le gusta su trabajo), sino que no solo quita tiempo para las aficiones y para algunas obligaciones,  además impide aprender otro tipo de cosas al no poder dedicarle tiempo, con la consecuente imposibilidad de tratar de ganarse los garbanzos en otra de las múltiples ramas de la vida.

En resumen, ¡EN DEFINITIVA!, que hay que cambiar algo, pero no es el momento de dejarlo todo y tratar   de renacer cual ave fénix, habrá que esperar un golpe de suerte.

1 comentario:

4Estriada Estelada dijo...

he llegado a la conclusión que hay que trabajar por cojones, y que intentaré en la medida de lo posible que sea lo menos malo dentro de lo malo, pero ya no tengo aspiraciones de un "buen trabajo" (¿qué coño es eso? ¿existe? no creo).