Pedro era un incompetente, Nacho un cachondo y Pamela un travesti que se vendía barato. Muy barato. Era tan barato que en ocasiones no llegaba ni a obtener beneficios al no cobrar el taxi, pero, como ya hemos dicho referenciando otro asunto, este dato no es relevante de cara a nuestra historia.
Pedro dormía en el trabajo, lo necesitaba, y en ocasiones vomitaba, cada vez estaba más delgado, y era debido, aunque sus compañeros lo desconocieran, a su ritmo de vida. Como Pamela, su principal cliente era un conocido político, ya retirado debido a sus chanchullos, y que pagaba una interesante cantidad de dinero a cambio de que mantuviera la boca cerrada. Paradojicamente este dinero no iba a parar a Pamela, iba a parar a una empresa de seguridad privada que únicamente sabían que Pedro, Nacho y Pamela eran unos presuntos rojos de m**rd*, aún cuando Nacho era abiertamente de derechas y Pedro no hablaba de política por miedo a las represalias de sus compañeros, al igual que Pamela, decía a todo que si.
Un día, a Nacho le atropelló un camión, y sus sesos, chorreando en una alcantarilla, provocaron la fusión en la ciudad de Pedro, Nacho y Pamela.
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