miércoles, enero 18, 2012

Relato

Me desperté, empapado en sudor, terriblemente asustado, encendí la luz y me dirigí al baño, donde vacié mis entrañas en forma de vómito, cuando mi cuerpo consideró que había tenido suficiente mostré mi desacuerdo con él y me encaminé hacia la estantería donde guardaba las cuchillas de afeitar, me metí varias en la boca y me las tragué, escupí sangre y esperé, a los minutos volvía a vomitar, una pasta rojiza con fragmentos de carne de mi interior, y ya solo tuve que esperar.

¡¡¡Me dieron la baja!!!