martes, octubre 14, 2014

Licor del Polo

Ya está, ayer sacrificamos a Licor, no había nada más que pudiéramos hacer, no reaccionaba a la medicación, la leucemia se había apoderado de él, tenía una anemia brutal y parecía no estar pasándolo bien, por lo que decidimos hacer lo mejor para él.

No dejó de ser un gato fuerte hasta el final, hubo que ponerle dos dosis de anestesia, pues como un jabato aguantó la primera, luchó por no dormirse y lo logró, de hecho me mordió durante la primera inyección y me duele bastante, se fue intentando dejando su señal marca de la casa.

Tras la segunda intención, Lau lo tuvo abrazado hasta que empezó a cerrar los ojos, momento en el que decidió sentarse sobre mis rodillas y quedarse plácidamente dormido, sin saber que ya no volvería a despertar. Hizo lo que hacía siempre, venir a dormir encima de mi, el sitio donde más cómodo se sentía, y mientras él se quedaba tranquilo, a nosotros nos destrozaba un poquito más. Tras esto, Cristina, la veterinaria que se ocupó de esto, lo cogió, lo entró y nosotros nos fuimos para no estar presentes durante el momento más duro, el pinchazo final en el que Licor dejó de existir, aunque como otras tantas cosas, no estará, pero no se le olvidará.

Descansa en paz.